viernes, 27 de enero de 2012

Niña aventurera y súper heroína

Ahora solo quiero una cosa. Quiero gritar al mundo entero que esta chica que ven aquí es diferente. Me siento feliz. Más que nunca. Siento una frescura en mi interior, tengo ganas de hacer muchas cosas que por estar en otras no las empecé.

Recién soy consciente que el mundo es mío, y baya que esa noticia me llenó de vida… Hay paz dentro de mí, me siento liviana, imagino que el viento me puede llevar, con sus suaves susurros, a dónde nunca me imaginé. Mi espíritu me llena el pecho, siento que quiere salir de ahí, está con tanta energía. Me recuerda cuando tenía cinco o seis años y sentía que el mundo era mío, que todas las cosas con las que en mi imaginación jugaba, por obra mía podían pasarse al lado de la realidad, y no descansaba hasta que lograba mis objetivos. Ese espíritu me acompañaba siempre, tenía ese algo que hacía que saque fuerza de donde ni me imaginaba.

Sí, me acompañaba y no me faltaba nada. Sentía esas ganas, pero no era consciente de ella, y mi inconsciencia hizo que poco a poco la baya olvidando. Hasta que llegó un momento que ya no la sentí.

Poco a poco me olvidé por completo de mi espíritu de niña aventurera, de súper heroína… se ocultó en lo más profundo de mi corazón, no se apartó nunca de mí, solo que yo lo ignoré, pero siempre estuvo ahí, y cuando ese otro espíritu que gobernaba mi mente y corazón me empezó a fallar y empezó a debilitar mi corazón, mi espíritu de niña salía de las sombras de mi interior y vertía un poquito de su luz a mis días ensombrecidos. Era mi espíritu de niña quien me mantenía con luz.

Y yo recién me doy cuenta que mi espíritu de niña y súper heroína ha vuelto al centro de mi corazón, es él quien nuevamente gobierna mi ser y junto con la protección de Dios Padre, ¡ahora nadie me para! Gritaré al mundo entero, ¡MI ESPÍRITU VOLVIÓ y CON MUCHO MÁS FUERZA QUE ANTES!